Con muy pocas modificaciones podría
volver a contarse la historia del becerro de oro que se narra en el Éxodo. Quedaría algo así: Un día los sacerdotes de Europa se reunieron en torno al Banco Central Europeo y le dijeron:
“Anda, haznos un Dios que esté por encima de nosotros” Y el Banco Central
Europeo dijo: “Quitadle el dinero al pueblo y traédmelo”. Y el Banco lo tomó
todo en sus manos, hizo un molde y acuñó el Euro. Lo mostró al pueblo y a sus
guías y le dijo: “Este es vuestro Dios”.
Y
en esas estamos, todo el mundo mirando hacia arriba y nadie hacia abajo. Y esta crisis debe ser una crisis
de fe porque parece afectarle sólo al ídolo y a sus idólatras. Es la “crisis del euro”. Europa tiene que
encontrar mecanismos para “proteger el euro”. Según la directora del Fondo
Monetario Internacional tenemos sólo tres meses para “salvar el euro”, y los
periódicos españoles valoraban el rescate a España como una “apuesta decidida
de Europa por el euro”, a pesar de saber que ese rescate exigirá más
sacrificios a los ciudadanos, los mismos ciudadanos que están siendo burdamente
despreciados por los socerdotes, ¡uy!, perdón, por los sacerdotes de Europa. Y no es
una cuestión de lenguaje, ni de metáforas, porque los sacrificios para salvar
el euro son reales. En Irlanda
se han suprimido 40.000 empleos públicos, un 20% de su población está en riesgo
de caer en la pobreza, acosada por la subida de impuestos y un paro del 14%.
Además, tendrán que pagar un impuesto adicional de 100 euros al año para
“financiar” los servicios públicos. Y, sin embargo, la crisis la tiene el euro.
Los griegos soportan un paro del
21,7% que asciende a más de la mitad entre los menores de 25 años, los salarios
se han reducido un 20% y las pensiones un 15%, de tal manera que los hogares
griegos han visto reducido a la mitad sus ingresos. Y cuanto más pobres son más
desamparados están porque el Estado griego está desapareciendo con la supresión
de más de 150.000 empleados públicos…pero, es necesario salvar el euro.
En Portugal hay un índice de desempleo del 15%, y los portugueses,
además de pagar impuestos muy altos (un 23% de IVA), tienen que seguir pagando
por las consultas médicas: 20 euros por urgencias de pediatría, 15 por el resto
de urgencias y 5 por una consulta rutinaria. Las indemnizaciones por despido
pasan de 30 a 12 días por año, y el Estado se reduce también con el despido de
30.000 funcionarios….pero, es necesario salvar el euro. En Italia hay ya más de ocho millones de personas que viven en la
pobreza, un 14% de la población total, empujadas por recortes similares a los
ya descritos. Desde el año 2009 el
índice de suicidios en Europa ha aumentado un 25%. Han aumentado en España
(9 diarios en 2008) y en Italia (2 diarios en 2012), pero nada parecido a los
1.725 suicidios en Grecia en los dos últimos años. Pero, es necesario salvar el euro.
¿Y
en España? “Estamos
haciendo nuestros deberes”, estamos “haciendo las reformas estructurales
adecuadas”, “imprescindibles”, para relanzar la economía y volver a coger “la
senda del crecimiento”. Lo que no me queda claro es la relación entre el desmantelamiento
de la Educación y la Sanidad Pública, y, en general, de todos los servicios
sociales, y el crecimiento económico y la salvación del euro. A no ser que ese
crecimiento sea privativo de los pocos idólatras del becerro del euro. Esos
mismos idólatras nos piden paciencia. “Calma”, dicen, “el crecimiento llegará”,
como llegó el maná del cielo al pueblo hambriento, rezando, supongo, otra vez,
a la Virgen del Rocío. Debe ser que me
falta fe en este nuevo ídolo porque no entiendo nada.
¿Y las reformas del sector
financiero? Hasta ahora, sólo han
consistido en seguir dando de comer al ídolo con más capital. Cuando se lo
come, nos pide más y lo recapitalizamos. Y cuando devore la recapitalización
sin que escupa nada o sólo vomite un par de migajas al resto, ¿qué haremos?,
¿qué nos pedirán sus sacerdotes?, ¿una requeterrecapitalización?
Vivimos una nueva opresión y no nos
damos cuenta. ¿Qué ha pasado con nuestros sentidos? ¿Qué ha pasado con nuestra
capacidad de razonar? ¡Sapere aude! ¡Atrévete
a saber! Atrévete a pensar se decía en el Siglo de las Luces. ¿Nos hace falta
una nueva Ilustración? ¿Dónde están las luces de nuestro siglo? ¿Dónde están las ideas que nos han legado
las generaciones anteriores, dónde, el valor para defenderlas? Pacto
Social, Soberanía Nacional, Igualdad ante la ley… ¡Derechos del Hombre y del Ciudadano! Nos hace falta un Motín del Té, necesitamos una Toma
de la Bastilla antes de que sea demasiado tarde. Como borregos (o como
cerdos, que ya estamos todos los incluidos en PIGS) vamos camino del matadero,
ofrecidos en holocausto al ídolo. Quizá alguien espera aún que en el último
momento, antes de que el cuchillo nos degüelle, la voz de Dios detenga la mano
asesina, como detuvo la mano de Abraham antes de matar a su hijo. Pero esta
vez no. Porque, como diría Rajoy, esta
es la política que Dios manda, que el Dios euro manda.
Estoy de acuerdo contodo esto que se comenta en este informe. Pero además hay algo que yo tengo muy dentro de mi mente, Es que el sistema financiero actual, que biene de los tiempos Medievales, es un sistema especulativo, feroz y repugnante. Que nada tiene que ver con el bienestar social.---Aquí tambien hace falta un cambio profundo.
ResponderEliminarHay que volver a poner al ser humano en el centro de nuestro pensamiento. Es verdad que hemos pasado de un sistema aristocrático a otro plutocrático. Necesitamos un nuevo Humanismo.
EliminarHay dos o tres detalles que revelan hasta qué punto estamos hablando de un tema no económico, sino religioso o de superstición: la *fe* con la que se encomiendan a políticas irracionales que surten el efecto contrario al anunciado; la imposibilidad para el ciudadano de a pie de entender las decisiones que se toman en las altas esferas, como si se tratase de un círculo mistérico; la asiduidad con la que piden *sacrificios*, según ellos necesarios para volver, no se sabe cómo, a la senda del crecimiento (¿conseguir el favor de los dioses?).
ResponderEliminarY así podríamos seguir con los asteriscos. Porque, es verdad que vivimos bajo una nueva Teocracia, impuesta a los ingenuos "irracionales" que han sustituido su capacidad crítica por la fe. Los dioses apenas conceden favores, este al menos no, no sin cobrarse intereses.
EliminarPero, ¡por todos los dioses! ¿Qué hay que hacer, qué hay que decir, para que la gentuza que gobierna Europa razone con la razón del hombre y no con la fe del dinero? (¡¡Perdón, pero no me contengo!!).
ResponderEliminar¿Una revolución?...No lo sé. Ya no sé cómo se derrocan los ídolos. Cuando había que luchar contra el Antiguo Régimen, una revolución acababa con todo el "paquete de injusticias", pero ahora con la máscara de la democracia es más difícil, mucho más difícil convencer a la gente de que está siendo engañada. ¿Qué ha pasado en Grecia? Todo el Sistema se ha movilizado para impedir la victoria de la izquierda y lo ha conseguido. El miedo impide pensar.
EliminarCoincido con usted en que hace falta una revolución, pero la gente está muy adocenada y si pueden capear el temporal no meterese en mayores problemas es el objetivo principal... a éso lo llaman "estabilidad", pero cada vez se recortan más servicios, se incrementan impuestos y se reduce la calidad de vida... todo para que el euro y sus sacerdotes y gurús que lo adoran y mantienen sus templos (los bancos y sociedades mercantiles) puedan sobrevivir a costa del contribuyente... Y todos sabemos que, por mucha gente que sea desahuciada en España, por mucha necesidad que se esté pasando y por mucho que se vea peligrar el nivel de vida existente, habria ya revueltas sociales en las calles si el número de parados real fuera el oficial cercano a los seis millones: sigue habiendo una economia sumergida importante, nunca contrtolada por el gobierno que nos lleva arrastrando durante décadas y nos hace figurar como un pais tercermundista...
ResponderEliminarPor cierto, le hago notar que se escribe PIIGS, con doble "i", para indicar Irland e Italia...
Tampoco yo creo que haya una revolución, por más necesaria que me parezca. Entendiendo "revolución" como una transformación completa del "sistema" impulsada desde abajo. Creo que a lo más a que se puede aspirar es a una insurrección, dado que nos hemos creído que vivimos en democracia, y pensamos que basta con esperar cuatro años para echar a cualquier gobierno del poder. El engaño de momento funciona, a pesar de que hay pruebas más que evidentes de que la democracia ha sido traicionada/vendida (modificación del artículo 135 de la Constitución), y porque, como dices, la economía sumergida y el colchón familiar amortiguan los efectos de la crisis. Pero este mecanismo de protección del sistema también está en peligro. Veremos.
EliminarPor último, sé que el acróstico actual incluye la doble "I", pero no fue así en un principio, cuando el insultante juego de palabras salió de la City de Londres para referirse a los países mediterráneos, los mismos que antes aparecían con la denominación "Club Med." En 2008, Irlanda sustituyó a Italia, y, posteriormente, cuando la crisis (en realidad el ataque especulativo) le llegó también, volvió a incluirse. Lo escribí con una "I", para mantener la idea del insulto original, "cerdos", pero es verdad que, como se habla de Irlanda e Italia en esta entrada, tendría que haber escrito PIIGS, como sugieres. Sabes que, ahora, prima volver a "insultarnos", y se está haciendo sitio otro nombre, "GIPSY", cogiendo la "Y" de Italy.