lunes, 2 de julio de 2012

Quijotadas y Sanchandeces


“Aprovechemos, Sancho, este viaje para hablar un poco de las cosas que pasan en el mundo…” “Sí, porque hablando se entiende la gente”. “Y se aprende, Sancho, y se aprende. De la opinión y visión del mundo de un gran adversario se puede aprender mucho. Basta con ser un poco humilde y admitir que el otro puede tener razón…” “Porque dos personas no discuten si uno no quiere” “Error, Sancho, gran error, porque con la discusión se obliga uno a discurrir sobre lo propio y lo ajeno, a pulir argumentos, desmontar los contrarios, salvar obstáculos, ponerlos…Ah, Sancho, ¡cómo lo echo de menos!” “¿Para qué me tiene a mí vuesa merced? Póngame usted a prueba, verá como no tengo la cabeza tan hueca como parece.” “Mi querido Sancho, casi siempre las cosas son lo que parecen, pero podemos probar, no digo que no. No pocas veces la mayor dificultad estriba en intentar meter un gran razonamiento en una cabeza pequeña”.”Como habrá visto bien vuesa merced, no es precisamente muy pequeña…¡y digo más, cuántos veces habré oído a mi Teresina llamarme cacho cabezón!” “Ya. Sí que va a ser un gran reto, sí”. “¿Y de qué podemos hablar?” “Uy, Sancho, mira a tu alrededor. Algo verás, subido en tu Rucio, aunque menos que yo, a buen seguro, que desde mi Rocinante tengo una visión de más amplios horizontes que los tuyos. Veremos, si yo desde aquí puedo hacerte bajar del burro”. “Si quiere me bajo ya”. “¡Ay, Dios…! Mira, mejor lo hacemos al revés. Como tú desde ahí abajo ves mal y entiendes peor, me preguntas a mí, pues respuestas no me faltarán, que para algo han de servir los encuadernados”. “Vale. Economía. ¿Qué es ello?”. “¿Ello? Ello es lo que yo te diga”. “¿Y?” “¿Cómo, ya dudas?” “No” “Ya vamos bien. Sancho, ¿qué te parecen las instituciones?" "¿Eso qué es, son como los molinos?". "Lo mismito. ¿Te ofrecen seguridad los molinos, tranquilidad, protección tal vez?". "No lo sé, don Alonso, ¿Para dónde van las tijeras?" "Giran hacia la derecha cortando a su izquierda". "¿Entonces para dónde voy?". “Bueno, parece que aún de economía sabes poco…” ”¡Ah, ya caigo, ¿se refiere usted a lo de izquierda y derecha?” “Casi, aunque la gente anda con eso muy confundida. Me refiero a Arriba y Abajo. ¿Tú sabes, Sancho, dónde estás? Pero, piensa con la cabeza y no con la panza, ¿o era al revés?  Bueno. Veamos un caso práctico. A ver, Sancho, si tienes dos caminos igual de buenos, pero en uno te hacen pagar y en otro no, ¿cuál escogerías?" "Vaya tontería, el de no pagar". "Pero como yo lo que quiero es que la gente vaya por el de pago, ¿qué podríamos hacer?" "¿Llenar de piedras y de agujeros el otro?" "¡Ahí le has dao!" "¿Pero eso no es hacer trampa?" "No, son reformas, reformas estructurales". "Entonces, ¿obligamos a la gente a pagar por su seguridad?". "Claro. ¿No te has dado cuenta de que ese es el mejor negocio de todos? Piensa, Sancho, ¿cuánto vale tu vida? ¿No estarías dispuesto a pagar lo que fuera por ella, en caminos, en medicinas, incluso en tu educación, para ser alguien en el futuro?” "¿Pero...y si no tengo posibles?". "Entonces tu vida, Sancho, no vale nada". “¡Diantre!... "¿Qué es eso de la educación?" "Buena pregunta y ardua respuesta. Veamos, como la infancia y la adolescencia es la edad en la que más errores se cometen debido a la inmadurez intrínseca de los susodichos, yo diría que la labor del maestro es ayudarles a madurar y a superar y enmendar sus errores". "¿Entonces, hay que darles oportunidades o quitárselas"? "Si preguntas eso Sancho, es que no sabes nada de educación y mejor hablamos de otra cosa".

"Don Alonso, ¿somos patriotas?" “Hasta la médula, Sancho, hasta la médula. ¿Por qué lo preguntas?" "Es que como veo tanto trapo bicolor, siento un poco de envidia". "No tengas apuro Sancho, que, aunque es un símbolo que adorna mucho, hoy los gobernadores viven allende los Pirineos. Más apropiado sería, creo yo, no tanto vestirnos con aquestos colores, como encadenarnos con aquellas estrellas". "¿Para qué sirven los símbolos?" "En estos tiempos, para tener algo en qué pensar y mucho de qué distraer".  “Lo digo porque no sé cómo me han de caer los forasteros que acá viven”. “Ciertamente, no corren buenos tiempos para los forasteros…” “¿Pero,… son personas?” “No me líes, que ya te veo venir. Pues depende, Sancho, depende. Eso de ser persona o no serlo, y todo aquello que en siéndolo o no siéndolo puede sustanciarse es algo que nosotros damos o quitamos". "¿Y de qué depende?". "¿No lo ves? Del uso, Sancho, del uso que le demos al forastero, aunque siempre es útil. Unas veces para trabajar y cobrar poco, pongo por caso, y otras para explicarte por qué tú no trabajas ni tienes qué llevarte a la boca”. “No parece muy justo”. “¡Ah, Sancho, tienes un sentido muy primitivo de la justicia! ¡Tienes que adaptarte a los tiempos! Hoy hay que hablar de lo que conviene o no”. “No le capto”. “Mira, Sancho, el forastero piensa, habla, cree...incluso cree, que, como tú y como yo, tiene derecho a utilizar este camino, esa posada o aquel hospicio ". "¡Será iluso!" "No. Ahí te equivocas, infiel, lo que pasa es que muchos de ellos son infieles!". “¿Infieles? ¿Pero no se acabó ya la Reconquista?” “Parece que no. El caso es que no conviene que hablen, o, mejor aún, que tú hables con ellos”. “¿Por qué?” “Porque eres débil de mollera y podrían convencerte de que no son lo que parecen, o lo que conviene que creas tú qué parecen”. “Mmmm…ya. ¿Y a nuestra Santa Madre Iglesia, qué le parece todo esto?” “¿La Iglesia? Tiempos extraños son estos, mi buen amigo Sancho, yo diría que las iglesias y las mezquitas se llevan mejor que nunca. Está la Iglesia empeñada en otras cruzadas, en otros, cómo lo diría, mmm… nefandos menesteres”. “¿Nefandos menesteres?” “Sí, déjalo, no te conviene saber más, llevas demasiado tiempo subido a tu Rucio y no lo entenderías”.

“Don Alonso, tenemos que hacer una paradita, que requiero aliviar el vientre” “A eso se le llama sanear tus balances para sacar fuera los activos tóxicos”. “No, si yo sólo quiero cagar, que si no luego no me entra nada”. “¡Y eso, es el círculo vicioso de nuestra economía!” “¡Ja, mire vuesa merced qué grande es mi círculo vicioso!” “Sancho, eres un friki”.

3 comentarios:

  1. Hola, soy Jesús Martín, coordinador de la revista Utopía (revista-utopia.blogspot.com). Me he encontrado con su blog por casualidad y la verdad es que dices cosas muy interesantes. Si alguna vez estuvieras interesado en participar en nuestra revista está usted invitado (correo electrónico: martinostios@hotmail.com). Un saludo.

    ResponderEliminar
  2. Don Alonso Quijano busca, como Diógenes, cada uno en su disfraz, un hombre. No es fácil la búsqueda. Menos el encuentro. Pero ninguno de los dos está solo, sino que conversan en un mismo plano, por encima del tiempo y de la distancia, a pesar de que ambos echen de menos el diálogo vivo. Así que la crítica de vicios patrios ha de continuar..., alguien la recogerá, en otro tiempo y en otro espacio.

    ResponderEliminar
  3. "Don Alonso, ¿quién era ese Diógenes?" "Un cínico que buscaba un hombre sin hallarlo, vivía en un mundo de basura, y decía todo lo que pensaba". "Vaya, como ahora" "Casi, Sancho, casi, pues eso de pensar y hablar está cayendo en desuso". "Bueno, don Alonso, yo hago lo que puedo" "No eres tú Sancho, son los molinos, que no quieren que hagamos ni lo uno ni lo otro" "Entonces, en boca cerrada no entran moscas; por la boca muere el pez; quien tiene boca se equivoca, y calladito estoy más guapo. Punto en boca". "¡Jamás, Sancho! ¡Dame mi espada, que no habrá tijera por grande que sea que no pueda derribarla!" "Sosiéguese vuesa merced, que es demasiada tijera para tan poco estoque"."Tienes razón Sancho, pero, ¿qué otra cosa podemos hacer? Si dejamos de luchar dejamos de vivir". "No exagere, que no será para tanto". "Sancho, no sigas, que ya te salen las tijeras de la mollera". "Pero, es que es verdad...""La verdad, Sancho, la sabré cuando me muera, porque sólo a los dioses pertenece, pero deja que los mortales disfrutemos buscándola y no hallándola, pues eso, amigo mío, se llama vivir, vivir como un hombre". "Como Diógenes". "Eso es, como Diógenes en medio de la basura".

    ResponderEliminar